En San Nicolás de los Ranchos, la tradición transforma la piedra volcánica del Popocatépetl en este entrañable molcajete con forma de cerdito. Su figura evoca las taquerías de barrio y el ritual sagrado de preparar salsas que definen el sabor mexicano.
La porosidad natural de la piedra volcánica libera los aceites esenciales de chiles, tomates y especias, creando texturas y sabores únicos que solo este material puede lograr. Sus tres patas firmes sostienen el cuenco donde cada golpe del tejolote continúa un diálogo entre la piedra y el alimento que ha definido la gastronomía mexicana por generaciones.
Esta pieza representa la unión perfecta entre funcionalidad culinaria y artesanía, donde la técnica del labrado volcánico preserva tanto tradición como sabor.
En San Nicolás de los Ranchos, la tradición transforma la piedra volcánica del Popocatépetl en este entrañable molcajete con forma de cerdito. Su figura evoca las taquerías de barrio y el ritual sagrado de preparar salsas que definen el sabor mexicano.
La porosidad natural de la piedra volcánica libera los aceites esenciales de chiles, tomates y especias, creando texturas y sabores únicos que solo este material puede lograr. Sus tres patas firmes sostienen el cuenco donde cada golpe del tejolote continúa un diálogo entre la piedra y el alimento que ha definido la gastronomía mexicana por generaciones.
Esta pieza representa la unión perfecta entre funcionalidad culinaria y artesanía, donde la técnica del labrado volcánico preserva tanto tradición como sabor.
Aida Apanco
Nahua
San Nicolás de los Ranchos, Puebla
Labrado en piedra volcánica
8 x 13 x 15 cms
AR-ST-0024
