El molinillo, humilde en su función pero excelso en su presencia, ha sido durante siglos un compañero indispensable en la preparación del chocolate y otras bebidas tradicionales mexicanas. Más allá de su utilidad, este hermoso artefacto evoca la conexión entre lo tangible y lo espiritual: la espuma que genera no solo embellece la bebida, sino que simboliza vida y fuerza vital, tal como la percibían las antigüas culturas mesoamericanas.
En esta exhibición presentamos una selección única de molinillos de la colección Artefacto, destacando la diversidad de formas, motivos y diseños así como la riqueza cultural que encierra cada molinillo. Cada pieza es fruto de un proceso artesanal meticuloso, donde la madera y otros materiales cobra vida a través de la fricción, el fuego y el tallado manual, dando lugar a objetos que trascienden el tiempo y la función para alimentar también el alma.
Anatomía de un molinillo
Cada molinillo se compone de un eje central y anillos giratorios, cuidadosamente tallados en una sola pieza de madera. Los decorados finales se realizan a mano, empleando herramientas manuales que permiten dar vida a cada detalle. La forma y disposición de sus elementos permiten generar la preciada espuma que distingue al chocolate mexicano.
Molinillo: Entre la espuma y el alma
Significado espiritual y social
El molinillo y la bebida de chocolate tienen un profundo significado tanto espiritual como social en la tradición mexicana. Lejos de ser simples utensilios o alimentos, representan un vínculo con la tierra y con los ancestros, pues su elaboración y consumo evocan rituales de cuidado, hospitalidad y celebración. El acto de batir el chocolate con el molinillo no es sólo técnico, sino simbólico: cada giro genera espuma y aroma que invitan a la reunión y al diálogo, fortaleciendo lazos familiares y comunitarios. En contextos festivos o cotidianos, compartir esta bebida es un gesto de comunión, gratitud y respeto por la sabiduría artesanal que ha pasado de generación en generación, convirtiéndose en un puente entre lo material y lo espiritual.
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