Este jarrito en forma de cochinito, creado en Patamban, Michoacán, es una muestra del ingenio y la calidez del arte popular de la cultura Michoacana. Más que un simple recipiente, esta pieza es un objeto que evoca la alegría y la vida cotidiana del campo mexicano.
Cada curva ha sido modelada a mano en barro, demostrando la maestría del artesano. Su superficie está decorada con engobes naturales en tonos terrosos y blancos, que acentúan su forma juguetona y sus detalles. La quema a alta temperatura le da un acabado duradero y único, convirtiéndola en un recordatorio de la riqueza artesanal que reside en las comunidades de Michoacán.
Este jarrito en forma de cochinito, creado en Patamban, Michoacán, es una muestra del ingenio y la calidez del arte popular de la cultura Michoacana. Más que un simple recipiente, esta pieza es un objeto que evoca la alegría y la vida cotidiana del campo mexicano.
Cada curva ha sido modelada a mano en barro, demostrando la maestría del artesano. Su superficie está decorada con engobes naturales en tonos terrosos y blancos, que acentúan su forma juguetona y sus detalles. La quema a alta temperatura le da un acabado duradero y único, convirtiéndola en un recordatorio de la riqueza artesanal que reside en las comunidades de Michoacán.