En las manos de Elsa González, artesana zapoteca de Santa María Tavehua, el barro cobra vida con expresión juguetona y contemplativa. Esta pieza forma parte de su innovadora serie de changos, donde la tradición alfarera oaxaqueña encuentra nuevos caminos creativos.
Cada chango es modelado a mano y decorado con engobes naturales de la región, revelando tonalidades que van del terracota intenso a los matices tierra.
Cada pieza es única y puede colocarse como acento decorativo, aportando carácter y un toque lúdico a cualquier espacio.
En las manos de Elsa González, artesana zapoteca de Santa María Tavehua, el barro cobra vida con expresión juguetona y contemplativa. Esta pieza forma parte de su innovadora serie de changos, donde la tradición alfarera oaxaqueña encuentra nuevos caminos creativos.
Cada chango es modelado a mano y decorado con engobes naturales de la región, revelando tonalidades que van del terracota intenso a los matices tierra.
Cada pieza es única y puede colocarse como acento decorativo, aportando carácter y un toque lúdico a cualquier espacio.