JÍCARAS Y BULES
Las jícaras y bules han sido utilizados tradicionalmente por gran parte de las culturas de Mesoamérica para servir alimentos y bebidas.
Tristemente, la introducción del plástico, ha ido desplazando está bella artesanía, a pesar de ser una excelente alternativa a los utensilios desechables.
Aún así, se siguen usando en cocinas y en algunos lugares se perforan para usarse como pichancha o colador.
La jícara (Crescentia cujete) es una fruta esférica que se deja secar y después se parte en dos para formar una jícara, nombre que también se le da al tazón de barro.
El bule o guaje es un calabazo (Lagenaria siceraria) que se deja secar, se extrae su contenido y se usa para contener líquidos como una cantimplora.
Más allá de la función, muchos artesanos han usado estos materiales como forma de expresión artística, creando hermosos dibujos.
La palabra jícara proviene del Nahuatl xicalli, que significa tazón hecho de la fruta. Mientras el proceso para elaborar las jícaras es relativamente sencillo, requiere un trabajo laborioso y gran destreza.